dissabte, 17 de maig del 2008

Yo, Cervantes

6.-*YO, CERVANTES Resume la biografía de Cervantes en un texto en primera persona en la que el escritor rememore su vida cuando está a punto de morir.

Mi nombre es Miguel de Cervantes y nací en el año 1547 en Alcaná de Henares. Pertenezco al periodo literario que se encuentra en mitad del siglo XVI, es decir, soy un escritor del Siglo de Oro español.

Aunque soy escritor nunca recibí una gran formación académica, más bien poca, pero es sabido por todos los estudiosos que estudié en una escuela de jesuitas. Pero como de pequeño siempre viajaba mucho, no hay nadie que hoy en día sepa donde se hallaba exactamente esta escuela.

Mi vida no es muy relevante hasta que se me acusó de haber herido a Antonio de Sigura en un duelo y me tuve que ir a Roma. Allí trabajé para el cardenal Gaspar, pero después me alisté en la Armada de la Santa Liga bajo las órdenes de Juan de Austria.

¡Ay si! No me acordaba ya, también soy conocido por el sobrenombre del “Príncipe de los Ingenios”.

Durante un tiempo, concretamente cinco años, estuve encarcelado en Argel. Durante el tiempo que estuve capturado intenté escaparme cuatro veces: dos de ella por mar y las otras dos por tierra. Fui llevado hasta el cruel rey Hazán Bajá, aunque no me castigó (se dice que se sentía atraído por mi, cosa normal pues cuesta encontrar alguien con mi hermosura). Finalmente en 1580 fue pagado mi rescate, que era de quinientos ducados. Al haber pasado esta “aventurilla” la reflejé en dos de mis comedias: Los tratos de Argel y Los baños de Arge. Aunque también en el relato del Cautivo en la primera parte de mi obra maestra: El Quijote.

En el año 1584 tuve una hija, que llamé Isabel, con una mujer llamada Ana Franca de Rojas, aunque estaba casado Catalina de Salazar.

Después de haber publicado la primera parte de El Quijote tardé diez años en publicar la segunda, así que si por la primera parte tenía 58 años y era 1605, cuando salió la segunda ya tenía 68 años y era 1615. Aún así, no conseguí la fama total hasta después de mi muerte, ya que El Quijote fue traducido a muchas lenguas, por lo que tuve que esperarme a estar muerte para obtener mi fama póstuma.

Gracias a la misma obra, tuve muy malas relaciones con el resto de escritores de la época… me tenían envidia.